

Ayer, mi familia y yo, vivimos uno de esos días que te hacen aflorar una sonrisa al recordarlos, un día completo, variado, divertido, entrañable ... estuvimos en Bagà, un pueblecito del Pirineo barcelonés, en casa de mi querida amiga Muntsa y su marido Ricard.
No estuvimos solos, tambien vinieron Elo, Antonio y su hijo Antonio, Pilar, Antonio y su hijo Francesc, Encarna y Miquel. Todas nosotras somos AMIGAS, así con mayúsculas, en un principio nos unió nuestra afición al patchwork, todas formamos parte del grupo "patchwork en familia", ahora nuestros maridos son amigos que disfrutan de su compañía mútua, tanto como nosotras con la nuestra, nuestros hijos, a pesar de ser de edades tan distantes, se llevan muy bien y nosotras aprovechamos la menor ocasión para estar juntas, solas ó en familia.
Durante toda la mañana estuvimos de excursión en la montaña, por caminitos escarpados, y estrechos, que parajes tan expectaculares, que olor tan puro, sólo se oía el ruido del agua y nuestras risas, todo verde, hasta el agua de las cascadas y el nacimiento de un rio de muuuy difícil acceso, sencilla y maravillosamente perfecto.
Comimos juntos y pasamos la tarde paseando por el pueblo, vestido de aldea medieval, con su habitantes ataviados en consonacia y con pequeños espectáculos en las calles que recreaban las costumbres y estilo de vida en la edad media, compramos un embutido buenísimo y también dulces típicos de allí. Reacios nos volvimos a casa, no queríamos que se acabara ...
Fue uno de esos días que no olvidaremos nunca, gracias a todas por hacerlo posible y especialmente a Ricard y Muntsa por su cariñosa hospitalidad.